En poco tiempo, estos peculiares animales se han ganado el corazón de miles de personas. Su popularidad ha crecido tanto en redes sociales como en artículos de moda y decoración: peluches, llaveros, mochilas y gorras con su imagen abundan. Pero si solo los conoces en versión “souvenir”, es momento de verlos en la vida real.
Mérida tiene a sus propias estrellas: una pareja de capibaras de seis años de edad que habita en el Jardín de Epífitas del zoológico Animaya. Desde hace un año, se han convertido en los favoritos de los visitantes.
“El temperamento de estos animales es una de sus características más especiales”, compartió el biólogo Martín Riestra. “Su pelaje, su mirada y hasta su forma de caminar captan la atención de todos los que los ven”.
Además de su carisma, estos roedores también sorprenden por su capacidad de adaptación. Pueden correr 100 metros con gran agilidad, vivir hasta 10 años y pasar hasta 10 minutos bajo el agua, su hábitat favorito.
En cuanto a su cuidado, Riestra explicó que uno de los aspectos importantes es mantener sus incisivos en buen estado. “Les crecen constantemente, por eso necesitan masticar superficies duras como troncos para desgastarlos, tal como lo harían en la naturaleza”, comentó.
Sobre su reproducción, detalló que el tiempo de gestación es de entre 110 y 150 días, es decir, unos 4 a 4 meses y medio. Las hembras pueden tener entre dos y ocho crías por camada, y si las condiciones son favorables, hasta dos generaciones al año.
Por si fuera poco, este animal originario de Sudamérica ya tiene su propio día: el 10 de julio se celebra el “Día del Capibara”, una fecha que busca reconocer y difundir la importancia de esta especie en los ecosistemas y su cercanía con los humanos.
Si aún no has tenido la oportunidad de conocerlos, puedes visitarlos en el zoológico Animaya y descubrir por qué este simpático roedor gigante ha conquistado tantos corazones.