Jenni Rivera, conocida como ‘La Diva de la Banda’, se consolidó como una de las figuras con mayor éxito y una mujer muy influyente en el género de la música regional mexicana.

Su carrera artista fue un testimonio de perseverancia y talento, elementos que la llevaron a obtener un reconocimiento masivo tanto en México como en Estados Unidos. La música de Jenni resonó con millones de personas y hasta el día de hoy aún lo es, convirtiéndola en un ícono.

Por el éxito que obtuvo, su patrimonio creció de manera exponencial y amasó una enorme fortuna hasta el momento de su lamentable muerte.

Jenni Rivera se consideró como una de las figuras más importantes y especiales de la música regional mexicana, destacando tanto por el impacto de su trágico fallecimiento como por su gran talento vocal y como resultado, dejó un gran patrimonio con significado para sus hijas. La Gran Señora acumuló mucha riqueza a lo largo de su carrera: según portales de espectáculos, su fortuna al morir era de nada más y nada menos que de 25 millones de dólares, eso da alrededor de 500 millones de pesos mexicanos.

La cantante también se identificó con orgullo como una empresaria más allá de una artista. Consciente del alcance de su popularidad en México y Estados Unidos, ella creó su propia compañía para gestionar la venta de sus productos de mercadotecnia y música.

Entre sus bienes se incluían distintas propiedades. La última que adquirió fue en Encino, California en el año 2008. Esta residencia, de casi 4 acres y valorada en 3 millones de dólares, tuvo que ser vendida póstumamente gracias que sus herederos no pudieron solventar los gastos y pagos de la hipoteca.

Además de su música, la Gran Señora tuvo éxito en el mundo de los negocios y el espectáculo, lo que la llevó a generar una gran fortuna.