Es el piloto que más títulos ha logrado en la historia de la Fórmula 1, siete títulos mundiales, cinco de ellos logrados de forma consecutiva entre los años 2000 y 2004, el káiser alemán se sitúa como el piloto más legendario de este deporte. Su lista de méritos deportivos es espectacular con 91 victorias, 155 podios y 77 vueltas rápidas, además de 68 poles position. Solo eso bastaría para convertirlo en leyenda. Pero hay mucha más historia que contar.
El piloto alemán tuvo un accidente esquiando en Suiza en diciembre de 2013 y su estado actual al día de hoy sigue siendo un misterio. Ocho años después Netflix presenta un documental asombroso con nuevos datos y un retrato impecable de su recorrido como deportista y como persona, con documentos inéditos, declaraciones de su esposa e sus hijos que relatan el coraje y la lucha ejemplar de este deportista. Así como el lado humano de un campeón competitivo y exigente.
Su nombre es sinónimo de perfección, coraje, valentía, espíritu de lucha y pasión; para muchos. Michael Schumacher sigue siendo el mejor piloto de carreras del mundo. Viniendo de un origen humilde, llegó a la cima de la Fórmula 1 sin que nadie le regalara nada. Ahora se develan entrevistas inéditas, archivos ocultos y declaraciones de su familia que ayudan a dar luz al personaje.
Además de su padre y hermano Ralf, la esposa de Schumacher, Corinna y sus dos niños Gina y Mick, que ahora compite en la Fórmula 1, tienen la oportunidad de hablar, así como sus compañeros y competidores más cercanos. Entre ellos JeanTodt, Bernie Ecclestone, Sebastian Vettel, Mika Häkkinen, Damon Hill, Flavio Briatore, David Coulthard, Willi Weber, Luca di Montezemolo, Piero Ferrari, su mánager Sabine Kehm y muchos más. Cada uno, a su manera, cuentan la historia de un luchador apasionado que traspasó los límites del deporte motor.
Se retira de la Fórmula 1 en 2006, se animó a competir en moto, su espíritu inquieto le hacía esquiar, bucear, tirarse en paracaídas. En 2010 regresa el aclamado campeón, esta vez con la escudería Mercedes, pero en 2012 decidió retirarse definitivamente y estar más tiempo con su familia. “Pero todo se destruyó en un segundo”, como dice su mujer, “no culpo a Dios, solo fue mala suerte”, dice Corinna, “lo extraño todo los días, ahora queremos que sienta a toda la familia, él nos protegió y ahora le protegemos nosotros”, declara en el documental de Netflix.
A los 23 años ganó el gran premio de Bélgica, fue un récord en la historia de Fórmula 1. Un piloto tan joven en lo alto del pódium. En el mismo circuito que le vio debutar, pronto se atrevió a retar al mismo Senna y este intentó poner a Michael en su lugar, se pelearon. Senna notaba que le podían quitar su territorio. Y en la lucha contra Schumacher, Senna falleció. Eso marcó para siempre a Michael. Un pódium sin champagne. Fue un trauma para él, sin Senna él era el nuevo número uno. No podía dormir y pensaba en cada rincón del circuito donde podía morir. Quedó absolutamente en shock . Pero su fuerza mental le permitía bloquear traumas y ponerse primero.
En 1996 se cambió a Ferrari y confesó que el auto era un desastre. Él se quedaba con los mecánicos para ayudar a mejorar el auto y ayudaba a estimular a todo el equipo, era el primero en llegar y el último en irse. El reto era volver a conseguir un campeonato mundial para Ferrari después de muchos años sin éxito. Quedó a 10 vueltas del mundial, perdió el campeonato por chocar con Villenueve y le costó su descalificación por un año. En 1998 volvió con todo con su equipo, su ánimo y su auto. El equipo era una gran familia, pero otro fracaso en la recta final aumentó la frustración, perdió en el 96, 97, 98, 99 y en el 2000 entregó a Ferrari el campeonato del mundo después de 20 años, se sentía liberado, y ya desde entonces manejó con el corazón y ganó cinco campeonatos seguidos. Su secreto, 100 % de concentración y 100 % compromiso, con un talento para entrar en una curva a 250 por hora y con la seguridad de que va a salir.
Sabine Kehm, portavoz de la familia de Michael, recuerda que cuando el piloto estaba corriendo era una persona pública y eso era parte de su trabajo. Pero cuando iba a casa, tiraba “el puente levadizo”, como lo llamó, porque necesitaba ese espacio para él mismo. “Estar en la pelea por el campeonato mundial durante tanto tiempo, era muy agotador, por lo que necesitaba la privacidad de su hogar y su vida familiar como refugio. De lo contrario, no habría tenido la energía para la pelea”. La familia le dio fuerza para alcanzar el campeonato y ahora en su lucha por la vida.
Para Sabine el legado de Michael Schumacher fue muy gran- de, fomentó cambios muy importantes en el deporte de Fórmula 1. Ha cambiado la definición de lo que un piloto de carreras debe ser capaz de hacer y de lo que debe lograr lo cambió y lo refinó. Fue el primero en decir que si quieres conducir un coche así y operarlo estratégicamente, entonces físicamente tienes que estar en la forma y durante la carrera tienes que tener la máxima capacidad mental. Queda perfectamente claro que el piloto forma parte de un equipo. Así es como siempre se ha visto a sí mismo, concluye y subraya la filosofía que nos deja Schumacher: “Nunca dejes de luchar, incluso cuando las cosas se pongan difíciles”.